Párate un segundo, cierra los ojos, inhala una graan bocanada de aire y exhalala, luego de esto, pregúntate ¿cómo me siento? ¿Qué sensaciones físicas recorren mi cuerpo en este momento? ¿Tengo frío? ¿Calor? ¿La respiración agitada? ¿Nervios? ¿Tal vez sed? ¿Me duele alguna zona del cuerpo?
Quédate un ratito ahí, escuchándote.
Date cinco minutos para conectar con tu cuerpo, con tu piel.
Concédete un momento para cuidarte.
Es importante descubrirnos siendo conscientes de nosotras mismas, permitirnos re-conectar con nuestras emociones más básicas para encontrarnos, justo ahí, con quienes de verdad somos. Y cuando nos tengamos entre los brazos, cuando hayamos contactado con nuestra esencia más primitiva, aceptarla, aceptarnos... Amarla, amarnos,.. Desde lo más puro de nuestro ser.
Porque solo empezando por nosotras mismas, podremos llegar a comprender y amar a todas las demás personas que van a complementar nuestra existencia.
Selva.
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